-“(...) ¿No es que primero viene Papá
Noel y después el Conejo de Pascuas?
¡Nunca antes los había visto
juntos!”
“(…)¿Los Reyes Magos SI EXISTEN también
PODRÍAN SER Guardianes de la Infancia, no? ….Yo lo digo porque también dan
regalo a los niños. ¿Cuál es la Historia de los Reyes Magos?”
Estas
inquietudes fueron expresadas por Lara, una niña de 5 años, días después de
haber visto la película El origen de los guardianes (2012, DreamWorks) en el cine, a
pocos días del 5 de enero (Día de Reyes). En ese momento ella estaba jugando con
tres amigos y con cuatro muñequitos de la serie de personajes de la película
que “oportunamente” lanzó Mc Donalds al mercado.
Si bien estas inquietudes y escenas
podrían ser analizadas desde una perspectiva de consumo, es indispensable poder
atravesar nuestros prejuicios e intentar pensarlas desde la perspectiva de
los niños.
Para ello es necesario observarlos en sus juegos, jugar junto a ellos, escuchar
sus ideas, inquietudes, dialogar. Es de este modo que podemos percibir las
operaciones que realizan los niños para habitar la información que les llega
fragmentada desde distintos soportes. Cristina Corea (2004), señalaba al
respecto que para que algo halle sentido para un niño, éste lo tiene que encontrar
en distintos soportes y poder operar sobre eso varias veces” . Esta
realidad se pone
en manifiesto también en el hecho de que las películas o juguetes que
tienen más éxitos
entre los niños son las que están asociadas a otros objetos. Se trata de
una necesidad de
hacer cohesión, de desacelerar el flujo de información que les llega, por ejemplo al
ver una película. La película El Origen de los Guardianes (estrenada en nuestro
país en diciembre del
2012), es parte de un artefacto multimediático que se originó a partir de un
libro El hombre en la Luna, escrito
por William Joyce, que
se lanzó junto a promociones de Mc Donalds, revistas de actividades,
etcétera. La historia reúne personajes de diferentes mitos, y juega también con
las convenciones de forma y las representaciones establecidas.
Los
personajes principales son: el Conejo de Pascua, Norte (más conocido como Papá
Noel), el Hada de los Dientes (el equivalente a “nuestro” Ratón
Pérez), Sandy (guardián de los sueños buenos de los niños) y Jack
Frost.Tanto este último
como Sandy, no son personajes conocidos en nuestro país. Todos ellos se han
unido
contra Sombra, el famoso “cuco” al que generaciones de niños le han
temido por creer que se escondía debajo de la cama y del que nuevas generaciones de
padres aseguran la no existencia, para tranquilidad de sus niños.
En el juego desplegado por Lara junto a pares, pudo observarse cómo la información previa en relación a algunos personajes les permitió descubrir intertextos que forman parte de la película. Cabe señalar que si bien Lara aún no ha afianzado la alfabetización, cuenta con variadas experiencias de lecturas compartidas de libros y escucha de narraciones orales. El pensamiento desplegado durante estas experiencias de juego realizadas junto a otros dio lugar a la recreación de historias. En términos de Corea (2001), una experiencia es “aquél hecho práctico en el que se piensa y que, en tanto se piensa, se constituye pensando”.
Si analizamos en esos términos la experiencia de Lara como espectadora y como participante de los juegos realizados, podremos acercarnos a los usos que le dio a las informaciones que ella recibió desde los distintos soportes. Lara vio la película, cuyo argumento plantea, entre otras cosas, el sentimiento que vive ella misma de oscilación entre el creer y la duda respecto de la existencia de los personajes incluidos en el filme. Por otra parte, se pregunta por los orígenes de los Reyes Magos, que provocan prácticas culturales semejantes a la de Papá Noel, si bien no son parte de la película en cuestión, son mencionados por su entorno (amigos, medios de comunicación), dada la cercanía de la fecha calendario que se determinó culturalmente para su festejo: 5 de enero, Día de Los Reyes Magos.
Las inquietudes de Lara atrajeron el interés de sus compañeros de juego que iniciaron un momento de diálogo y escucha. En los relatos compartidos, cada uno expresó lo que papás y otros familiares les habían contado. Apareció el nombre de: Jesús, María, José, Melchor, Baltasar, Gaspar, estrella fugaz y, por supuesto, los camellos. La conversación dio inicio a un nuevo despliegue lúdico. Como los chicos no tenían muñecos de los personajes que venían nombrando, acordaron completar la serie con otros muñecos a los que les otorgaron las respectivas identidades, realizando un importante trabajo de significación y resignificación. Luego representaron un viaje por el desierto lleno de desopilantes aventuras que, por cierto, "estos originales Reyes" realizaron en bicicleta, moto y auto (a falta de camellos), hasta que llegaron a un lugar donde los personajes se reunieron para contemplar al bebé (Jesús), recién nacido. Lara intervino dando así comienzo al final de la historia que resultó del juego:
-
“Entonces los Reyes le dijeron a la mamá de Jesús: Como su hijo crecerá y algún
día no será más niño para ser un señor y tendrá que trabajar para todo el
mundo, le prometemos que nos encargaremos de visitar a todos los niños del
mundo y del más allá para que todos tengan un nuevo juguete o algo que deseen
mucho todos los años”.
Juan
(expresó de manera histriónica, levantando sus brazos hacia arriba a modo de
proclamación) : “Y ese día ellos empezaron a formar parte del equipo de :
¡LOS GUARDIANES DE LA INFANCIA!”
La intervención
de Juan para terminar el relato fue festejada por el grupo. Días después, Lara y
dos de los niños con los que había jugado tuvieron la oportunidad de compartir
la lectura del libro:
El Hombre en la luna, de
William Joyce 1].
Si bien las ilustraciones son diferentes a las utilizadas para la animación de
Disney, los niños de inmediato descubrieron puntos en común con la película,
acusando a Joyce de habérsela copiado. Ante estas
observaciones,
se les contó de manera sencilla que el libro resultó ser la fuente inspiradora
para la realización del film. Este descubrimiento les resultó muy interesante.
Después de un rato de identificar similitudes y diferencias, Lucas, uno de los
niños propuso:
- ¿Y si
hacemos nuestra historia con todos los Guardianes de la Infancia? ¡Podemos
poner juntos todos los que nos parezca a nosotros que pueden ser nuestros
Guardianes!
Una vez más
la invitación atrajo al grupo a un nuevo y activo juego. Ésta y las
anteriores actividades realizadas por los niños son muestras de cómo éstos , en la
actualidad, más que habitar la realidad de los géneros, la literatura, las
películas animadas, habitan la realidad del hipertexto. Como lo señalara Corea
(2004),
podría decirse que bajo estas condiciones “más que relación con universos
estables u objetivables, los niños son grandes navegadores de información”. En
este universo mediático,
la posibilidad de usar o no la información obtenida por distintas vías, así como la
posibilidad de apropiarse de las mismas, realizar conexiones, comprometen y
afectan
la producción de sus subjetividades. Es decir que en este contexto las
operaciones que los niños realizan, por ejemplo durante y después de ver una
película, como solicitar jugar con muñecos de personajes, leer, conectarse a un
sitio,
entre otras tantas, deben ser leídas como operaciones de conexión impulsadas
por la necesidad de desacelerar el flujo de la información. Si éstas no
pueden realizarse,
el flujo continúa a velocidad real imposibilitando la constitución de
experiencia alguna.
Corea,
C (2004): “Los chicos- usuarios en la Era de la Información” en Pedagogía del aburrido.Buenos Aires: Paidós Educador.